Instalación con 1000 taburetes de China. Ai Weiwei. Pabellón Alemán, Bienal de Venecia,
2013
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Todavía no ha encontrado el password que le permite entrar a su mundo de diversidades y antinomias y darle un nombre emblemático al sentir contemporáneo. Tampoco se atreve a imponer nuevos ismos. Sólo acepta uno que otro pre, post, y si acaso, la W3.0.
A estas
alturas del siglo XXI, con el amanecer
postdigital en la cotidianidad (el futuro que ya llegó, pero no nos damos
cuenta), y en plena era del postpresente
(como la denomina el artista digital venezolano, Yucef Merhi, pionero en la
materia), el arte sigue aferrado a tres pilares fundamentales.
Uno, los “nuevos” medios producto de tecnologías
cibernéticas. Dos, formatos tradicionales
en todas sus variantes. Tres, lo que llamamos more media art, es decir,
una mayor cantidad de medios y discursos estéticos en escena, que funcionan
como nuevos paradigmas para la comprensión del arte
en la contemporaneidad.
Basta echar
una mirada a las últimas grandes exposiciones internacionales para darse cuenta
de la avalancha de more media, que se
extiende urbi et orbi.
Documenta 2012
presentó muchísimas cosas, vanagloriándose de que el concepto básico de la
quinquenal muestra de Kassel era no tener concepto. Por eso, todo fue posible
en la dimensión imaginativa de su directora Carolyn Christov – Bakargiev, y
hasta participaron “artistas” que nada tenían que ver con el arte o con
actividades afines. También estaban los creadores verdaderos, naturalmente.
La Bienal de
Venecia 2013 creó un Palacio Enciclopédico, repleto de objetos , que según su
curador, Massimiliano Gioni, podían explicar el mundo, No importaba si eran
feos, si tenían o no tenían valor artístico, sino que mostraran una visión del
mundo, en un diálogo con otras culturas.
Por supuesto
que la avalancha mediática no se concentra sólo en las bienales, sino que
invade a los museos, galerías, espacios urbanos, talleres de artistas,
televisión, Web, todo. ¿Y qué pasa con eso?
¿Acaso no es bueno convivir con una gran cantidad de medios, una gran cantidad
de ideas?
Ciertamente lo
es, para los artistas y el público. En cambio, para los periodistas, investigadores
de arte contemporáneo, curadores, no se imaginan lo complicado que resulta
tener que analizar tantas situaciones, en caliente, reflexionar sobre numerosos
temas actuales, sin la distancia del tiempo, “sin el filtro de la historia”,
como dicen por ahí académicos y conocedores del asunto.
Sea como sea,
desde esta columna originada en Caracas, Venezuela, queremos seguir aportando algo al conocimiento y a la
sensibilidad de nuevos lectores y a los de generaciones anteriores, que conocen
nuestro trabajo predigital sobre temas de comunicación y estéticas
contemporáneas. Y para los que han seguido nuestras investigaciones en los
últimos años, también hay un plus, un valor agregado.
Precisamente,
este primer encuentro arranca con una pregunta clave, que muchos se estarán
haciendo.
¿Qué es lo más esencial en
el arte de hoy?
Prepárense,
pues, para una operación cultural importante. Porque este procedimiento de
buscar lo más esencial del arte actual tiene un nombre: arqueología del presente.
Ahora se investiga,
se reinventa, se reinterpreta el presente, se preserva. Dicho con otras palabras
¿han pensado en lo que podría ser lo más significativo, lo más influyente,
llámese de primera línea o triple A +,
en fin, la quintaesencia del arte de
este tiempo?
Según
historiadores culturales de la actualidad , profesores de arte contemporáneo,
críticos independientes , artistas de varias generaciones, estudiantes,
pensadores, entre todas las expresiones que lideran el arte de hoy en día hay
tres que sobresalen, y al parecer, son imprescindibles
para comprender la contemporaneidad:
Nosotros no nos vamos a quedar con esas tres opciones,
por más top e imprescindibles que sean. Los trends
de la segunda década del siglo XXI también le otorgan categoría estelar al
diseño gráfico, universos virtuales, arquitectura visionaria, cine de avanzada,
estéticas lumínicas, nueva música, fashion tridimensional, arte transgénico,
recuperación del imaginario perdido, recuperación del lenguaje político, arte
urbano, nuevo graffitismo, nomadismo, transterritorialidades, proposiciones
multiétnicas, vuelta al lenguaje de las ideas, de la innovación, dejando atrás
protagonismo de artistas y fetichismo de objetos.
Existen otras
expresiones que también imponen la necesidad de establecer nuevas categorías de
análisis. Hay que tener claro que la
contemporaneidad, si bien favorece el presente, también se abre al pasado y al
futuro. No se parcializa diciendo “es nuestro tiempo”, “es la inmediatez”, “es
la instantaneidad” “es el momento”…
Hablaremos con
más amplitud de éstos y de otros
aspectos en columnas posteriores.
Por lo pronto,
no olvidemos que el arte más “innovador” de este tiempo tiene múltiples facetas, se adapta a los
nuevos paradigmas y es objeto de numerosas preguntas relacionadas con el
concepto de lo nuevo.
“El shock de lo nuevo no
es tan shocking”
¿Existe algo realmente
nuevo, sin referencias a formas e ideas preexistentes?
Muy difícil
dar una respuesta. En términos de contemporaneidad, “el shock de lo nuevo no es tan shocking,
sólo es un punto de partida para reflexionar sobre la realidad”, tal como lo
señala Nikos Papastergiadis, teórico de culturas digitales, profesor de la
Universidad de Melbourne, propulsor de
la “Estética espacial, repensando lo contemporáneo”.
En su opinión,
para un artista de esta época “lo importante es estar en lo contemporáneo (…)
estar en el lugar del aquí y el ahora, trabajar con otros en una práctica concreta y simultánea (…)
mantener un proceso activo en un contexto local y participar en diálogos
transnacionales” (Nikos Papastergiadis. Spatial Aesthetics: rethinking the contemporary, en
la obra “Antinomies of art and culture”,
Smith, Enwezor y Condée editors, Duke University Press, Durham, 2008.
Canónico & Contemporáneo. Jaime Gili. Colección Mercantil, 2011 |
Hacia el próximo desafío
Y por si todo
eso fuera poco, ya en el ambiente de arte contemporáneo, surge la pregunta de cuál
será la next big thing, el próximo desafío,
el próximo discurso, cuando todavía no se han masticado bien, ni digerido, ni asimilado los discursos
actuales.
La respuesta
podría llegar de Australia, de China o de algunos países de África, donde los
conceptos de modernidad, postmodernidad y contemporaneidad no significan nada.
¿Vendrá de los trabajos de españoles,
mexicanos o venezolanos? ¿De Londres, París, Berlín?
Como han
podido notar, el espectro del arte del postpresente –y por consiguiente de esta columna– es muy
amplio y complejo. Estas anotaciones son
pequeñísimas referencias a las numerosas situaciones que tienen toques de
contemporaneidad y que aspiramos tratar en este espacio.
Para iniciar
un acercamiento a este tipo de información, sugerimos la lectura de nuestra serie
Vanguardias artísticas del siglo XX,
nuestros artículos recientes de la
Revista Comunicación, presentaciones en PowerPoint, entrevistas en video y
otras informaciones. Todo está en el Website http://www.labohemiahipermediatica.com/. El tema de hoy está particularmente
ilustrado en la presentación “Nuevos medios y su impacto en el arte
contemporáneo”.
Hasta la
próxima.
Agradecimiento
Muchas gracias
a los profesores Humberto Valdivieso y Mariela Matos, del
Centro de Investigación y Formación Humanística de la UCAB, que han recuperado
parte de nuestro trabajo en el Website http://www.labohemiahipermediatica.com/, en su primera etapa.
Gracias también a la socióloga Rosángela
D’Amico, por su colaboración en la producción de materiales digitales para la
página. Ellos han hecho posible este recorrido inicial de un viaje periodístico
que abarca más de medio siglo, desde los umbrales analógicos a los universos
digitales y postdigitales.
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